Abismo

Un abismo es una profundidad sin fondo y, por extensión, cualquier lugar profundo. Simbólicamente ha sido adoptado por numerosas culturas como el lugar más terrible que representa todo lo deleznable, todo aquello que espera a quien no se comporta correctamente. La palabra suele usarse para aludir a un pozo, ya sea el fondo más profundo del océano o el infierno. Procede del griego "sin fondo", forma que puede provenir del sumerio Abzu (en acadio Apsu), "aguas profundas". En la versión griega del Antiguo Testamento la palabra representa tanto el caos original como el tehom hebreo "oleada de agua profunda", que se usa tanto en la literatura apocalíptica y cabalística como en el Nuevo Testamento para aludir al infierno, el lugar del castigo. En la versión revisada de la Biblia "abismo" suele usarse para esta idea. Principalmente en la cosmografía septuaginta la palabra se aplica tanto a las aguas bajo la tierra que originalmente la cubría, y que alimenta a fuentes y ríos, como a las aguas del firmamento que se consideraban estrechamente relacionadas con las de debajo. De la idea general de profundidad, el término adquirió el significado de "lugar de los muertos", si bien aparentemente nunca llegó a ser lo mismo que el She'ol. En el Apocalipsis es la prisión de los espíritus malvados de donde ocasionalmente pueden escapar y donde Satanás está condenado a pasar 1.000 años. Bajo el altar del templo de Jerusalén se creía que había un pasaje que llevaba al abismo del mundo, donde descansaba una piedra fundacional de la tierra. En la cosmografía rabínica el abismo es una región de Gehena situada bajo el lecho del océano y dividida en tres o siete partes superpuestas una sobre otra. En la Cábala el abismo, como abertura hacia el inframundo, es la morada de espíritus malvados y se corresponde con la abertura del abismo hacia el mundo superior. En general el abismo se considera vagamente como un lugar de extensión indefinida, morada de misterio y dolor. En las profundidades puede ocurrir de todo, es "otro mundo" con sus propias reglas, y sus seres monstruosos dispuestos a atrapar a los habitantes de la superficie que allí caen. En su puerta hace guardia la figura más horrible que el hombre pueda imaginar. Para los egipcios Tiamat se convierte en Nun, para los griegos es el reino de Hades, dios de los infiernos, mientras que los romanos lo identifican con las posesiones de Plutón. También la Biblia concibe el abismo unido a la figura terrible de Leviatán, de donde tomará su simbolismo el cristianismo para hacerlo morada del demonio y del infierno a lo largo de la Edad Media. Allí fueron enviados como castigo los ángeles caídos de acuerdo con el Libro de Henoc; es la morada de los demonios según el Evangelio de Lucas, y el lugar donde se encuentra preso el demonio para el Apocalipsis. Los gnósticos dieron al abismo el nombre de Bythus y lo convirtieron en el primer principio divino, fuente de toda existencia.
 
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