Labeón

Marco Antistio (Marcus Antistius Labeo) (ss. I a.C.-I). Jurista o experto legal, cuyo padre fue uno de los asesinos de César que se suicidó en el 42 a.C., después de la derrota republicana en Filipos. Labeón, un republicano por convicción y antiguo discípulo de Cicerón, fue designado por Augusto para formar parte de la comisión en el 18 a.C. que revisaba a los miembros del Senado, pero ofendió al emperador con su propuesta de incluir a Lépido, el triunviro. Labeón desempeñó la pretura, pero rehusó el consulado que más tarde (ca.5) le ofreció Augusto y que pasó a su rival Capitón. Entonces, como Aquilio Galo antes que él, Labeón abandonó la vida política por el derecho. Discípulo de C. Trebonio Testa, Labeón no dominaba solo las leyes, sino también la gramática, la literatura, la filosofía y los dialectos: tenía un excelente conocimiento de la literatura latina arcaica. Fue un pensador innovador en el derecho, pero también conservó en sus voluminosas obras un inmenso corpus de materia legal republicana que, a causa de la caída de las instituciones republicanas, era ya incapaz de desarrollar. Labeón solía pasar la mitad del año en Roma enseñando a sus alumnos de derecho y la otra mitad en el campo escribiendo. Se decía que había escrito 400 volúmenes, aunque solo han sobrevivido algunos fragmentos a través de citas. Según el historiador Sexto Pomponio, su rivalidad con Capitón dio lugar a la creación de las dos grandes escuelas de jurisprudencia, más tarde conocidas como la sabina y la proculiana; Labeón inspiró la segunda, que representa sus principios y su coherencia. Se conocen los siguientes títulos de sus obras: Fallos fiables, Recursos, Cartas, La ley del Pontífice, Comentario al edicto del pretor y Obras póstumas, editadas y publicadas por Javoleno Prisco. Entre los autores que nos hablan de Labeón, destaca Aulo Gelio (Noches áticas). Ulpiano cita a Labeón con frecuencia, pero solo la primera y la última de sus obras estuvieron a disposición de los compiladores de Justiniano. Murió ca.11.
 
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