Abidos

o Memmonium (egipcio antiguo, Abdyu, Abdu, This o Thinis; árabe Araba el-Madfuna). La ciudad santa del dios Osiris, en el nomo tinita. En su origen fue necrópolis de Thinis, la capital de Egipto en época tinita. A unos 10 Km al oeste de la actual Al-Balyana y a 170 Km al norte de Karnak-Luxor. Ciudad del Alto Egipto entre Asiut y Tebas. Metrópoli del VIII nomo. El dios originario de Abidos, era el dios chacal Jentamentiu o Khentamenti ("El primero de los Occidentales"). Era una divinidad funeraria y por tanto el dios principal de la necrópolis. Pero ya en tiempos predinásticos se le yuxtapuso Osiris: en efecto, cuando Set desmembró el cadaver de Osiris en catorce fragmentos, a Abidos fue a parar la cabeza. De este modo, la ciudad poseía la más importante de las tumbas de Osiris, y sabemos que más adelante se celebrarían en ella los misterios de Osiris, que culminarían con su resurrección. Tuvo ya gran importancia en época tinita al albergar las tumbas o cenotafios de diversos reyes de las Dinastías I y II. Tanto la ciudad como el templo de Jentamentiu, son bien conocidos arqueológicamente durante el Imperio Antiguo. Osiris parece haberse mantenido en un discreto segundo plano en Abidos, durante la mayor parte del Imperio Antiguo. Pero hacia finales del mismo, las transformaciones religiosas que devolvieron todo su protagonismo a las viejas divinidades locales predinásticas, potenciaron el papel de Osiris, que de forma irreversible acabó convirtiéndose en el señor de Abidos, absorbiendo a Jentamentiu. Cobró de nuevo relevancia singular a partir del Imperio Medio, cuando Osiris se convirtió en el indiscutible señor del lugar y la ciudad en una especie de santuario nacional, centro de peregrinación en el que se han encontrado numerosísimos ex-votos depositados por personas de toda condicion social. A aquel dedicaron Sethos I y Ramsés II sus grandes templos. El lugar siguió siendo centro del culto de Osiris y ofreció estelas votivas y artículos religiosos de un lapso de más de 3000 años. Los recintos rodeados de muros como Shunet es-Sebib debieron servir para ceremonias funerarias de la época arcaica. El amplio terreno sirvió desde época prehistórica para el culto de los muertos y fue lugar de enterramiento real de la Dinastía I (Umm el-Qa'ab, "Madre de los jarros"). Al menos hasta la Dinastía I, solo la necrópolis de Abidos puede recibir el calificativo de "real". Han sido identificadas las tumbas del sur de todos los reyes de la Dinastía I, de la reina Merneit, madre de Den, también de esta Dinastía, así como las imponentes mastabas de Peribsen y Jasejemuy, los dos últimos soberanos de la Dinastía II de los que, por cierto, no se conoce una tumba menfita. Pero la primitiva necrópolis real de Abidos, contiene también otras tumbas pertenecientes a altos personajes protodinásticos del Alto Egipto. Entre los monumentos de este importante centro religioso hay que destacar: el templo de Osiris, durante el Imperio Antiguo de Jentamentiu, que presenta trazas de trabajos constructivos que van de comienzos del Imperio Medio a finales de época romana; diversos templos votivos o cenotafios de reyes y particulares de los Imperios Medio y Nuevo; el templo cenotafio de Amosis, y los templos votivos o cenotafios de los primeros reyes de la Dinastía XIX, entre los que destaca sobre todo el excepcional templo de Setos I, con dos patios porticados, dos salas hipóstilas y siete capillas. Este templo es el que contiene en sus muros la célebre lista real de Abidos, donde están grabados los nombres de dos series de faraones descubiertas en 1817. En Abidos tenía lugar anualmente la representación de los misterios de Osiris, durante los cuales se producía la resurrección del dios y con él la de la vegetacion que garantizaba la perpetuación del ciclo de la vida y de la muerte. Hoy, Arabet Abydos. Ver, Osiréion.
 
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