Ba

o Bah o Bai. En la religión del antiguo Egipto, era uno de los componentes de la personalidad espiritual humana, que podía ser entendido como "alma" o "alma-pájaro" y que se representaba de esta forma, siendo éste el elemento que será juzgado en el Más Allá. Más que un dios, es una fuerza espiritual de difícil traducción, interpretada como la responsable de los actos morales del difunto cuando este residió entre los mortales. Era un concepto todavía más complejo que el Ka, y venía a ser el alma de la persona, pero bajo su manifestación externa. Tras la muerte era la encarnación de su espíritu, es decir, la natural aspiración del hombre a su libertad. EI Ba protagoniza movimiento, mientras que el Ka permanece en la tumba. El Ba descenderá al enterramiento en la noche para descansar, según se desprende de las representaciones donde figura volando por el pozo de la tumba para alcanzar la Sala del Sarcófago. Este componente del ser humano quedaba representado como un pájaro con cabeza humana (iconografía a partir del Imperio Nuevo) o bajo cualquier forma que el difunto quisiera escoger para su transformación. Este pájaro marcha al cielo donde participa de los destinos solares, pero vuelve a posarse sobre su cadáver para transmitirle la luz y la vida. El ba era, en última instancia, el nexo de unión entre lo humano y lo divino, el intermediario entre el mundo y la momia. Aspecto parcial del alma humana, portador de la individualidad, con el mismo título que el Ka y el Akh. Tiene un caracter más intelectual que el Ka. Está unido al cielo y a la luz solar. El Ba es la parte espiritual que está asociada a la divinidad y al poder. Los dioses también poseían un Ba, de este modo, encontramos a Apis como el Ba de Ptah, a Bennu u Osiris como el de Ra, Bujis como el de Montu, etc.. El Ba, igualmente, permite la libertad de movimiento espiritual y de manifestarse; para ello, los dioses y el Ba de los difuntos humanos pueden moverse en el mundo del Más Allá. El ba (plural, bau), se representaba como un pájaro con cabeza humana, podía moverse libremente y le agradaba confortarse y refrescarse en las frescas aguas a la sombra de los sicómoros. En algunas representaciones puede tener también brazos humanos. En otras aparece como un carnero o una grulla. Se le rindió culto en todo Egipto. Ver, Componentes del hombre.
 
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