Nabateos

Se dice de los individuos de un pueblo nómada de Arabia Pétrea, entre el mar Rojo y el río Éufrates, que, según se cree, descendía de Nabayot. Se apoderaron de Edom, entre los ss. IV y VI a.C. Su reino, Nabatea, fue rico y poderoso gracias al control que ejercía sobre las rutas comerciales caravaneras. Varios de sus reyes llevaron el nombre de Aretas. Desde el I a.C. al siglo I, este reino tuvo un importante enclave en Palestina, ocupando desde Damasco hasta el sur de Gaza. Marco Ulpio Trajano conquistó el reino Nabateo en el 106 y puso fin a esta rica civilización, transformándolo en provincia de Arabia. Al mismo tiempo, repartió las ciudades de la antigua Decápolis entre las nuevas provincias de Judea y de Arabia. Petra, la capital del reino Nabateo, Philadelphia (Ammán) y Gerasa pertenecían, a partir de entonces, a la provincia de Arabia. Al sur de la región Decapolitana estaba el Reino Nabateo, que ejerció una gran influencia sobre algunas de las ciudades de la Decápolis, como Philadelphia y Gerasa. Petra, la antigua capital de los Edomitas, se convirtió en el siglo V a.C. en la capital de los nabateos. Este pueblo, procedente de Arabia, se inataló y creó su reino en el sur de la actual Jordania, convirtiendo a Petra en un punto clave de la encrucijada de caminos entre Oriente y Occidente. Centro geográfico y comercial de gran importancia, alcanzó una riqueza y un esplendor asombrosos. A pesar de las numerosas guerras que agitaron el Próximo Oriente, los nabateos consiguieron mantener su independencia respecto a las grandes potencias conquistadoras, como los ptolomeos, los seléucidas, los asmoneos y, por último, los romanos, hasta la conquista de Trajano. Ver, Petra, Bosra, Edomitas.
 
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