Labda

Hija de Anfión, de la familia de los Bacchiades, coja, y despreciada por este motivo por sus compañeras, a las cuales abandonó para casarse con Eetión, hijo de Echecrate. Habiendo predicho el oráculo que amanecería un día en que un hijo de Labdas llegaría a ser tirano de Corinto, fueron enviados diez hombres a casa de la esposa de Eetión para matar al niño: pero en el momento en que uno de ellos iba a clavar el puñal en su tierno corazón, Cípselo le tendió sonriendo sus bracitos; acción que desarmó el brazo del matador y le quitó el valor de asesinarlo. Este alargó el niño a su compañero, que se vio conmovido también como el primero, y Cípselo pasó de mano en mano, hasta volver a su madre. Habiendo salido los que debían terminar su existencia, se echaron mutuamente en cara su debilidad, y cuando volvían a entrar para matarlo, Labda que lo había escuchado todo, ocultó a su hijo en una medida de trigo, que los griegos llamaban Cípselo, y le arrancó de este modo del furor de sus enemigos.
 
Volver