Jacob
o Yaaqob (siglo XVIII a.C.). Patriarca hebreo del Antiguo Testamento. Fue, de acuerdo con esta fuente, hijo de Isaac y de Rebeca y hermano de Esaú, a quien le compró y obtuvo con astucia la primogenitura a cambio de un plato de lentejas. Su figura es representada como un ser hábil, inteligente, astuto y perseverante. Tras adquirir el derecho de primogenitura hubo de marcharse a la casa de su tío Labán a fin de escapar de las iras de Esaú. Allí, después de trabajar catorce años, pudo casarse con Lía (o Leá) y Raquel, hijas de su tío. Más tarde, y enriquecido a costa de Labán, regresó a Canaán, reconciliándose con Esaú. Vivió algún tiempo en Sukkot y en Siquem, pero el rapto de Diná, su hija, y la matanza de los siquemitas le obligaron a huir a Beth-El y luego a Hebrón, donde asistió, junto con Esaú, a la muerte de su padre Isaac. Desde aquí partió a Egipto, adonde fue llamado por José, uno de sus hijos, instalándose en el país de Gosen. De sus esposas y de sus dos esclavas, Zilpáh y Bilhá, que lo eran de Lía y Raquel, tuvo doce hijos y una hija. Lía fue madre de Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar, Zabulón y Diná (hija); su esclava Zilpáh fue madre de Gad y Aser; Raquel lo fue de José y Benjamín; y de Bilhá, su otra esclava, tuvo a Dan y a Neftalí. Jacob, padre de las doce tribus de Israel y heredero de las promesas de Dios, murió en Egipto, si bien recibió sepultura en la cueva de Makpelá, en Hebrón.