Abel
Según la Biblia, hijo de Adán y Eva, hermano gemelo de Caín. Éste era labrador, mientras que Abel se dedicó al pastoreo. Ambos hicieron ofrendas al Dios creador del cielo y de la tierra: Caín ofreció las primicias de sus frutos, y Abel las crías de su rebaño. Dios manifestó que le era agradable el sacrificio de Abel, pero rechazó el de Caín, que, devorado por la envidia, dio muerte a su hermano. Así se cumplió, según la Biblia, el primer asesinato que manchó la tierra. Muchos padres de la Iglesia han afirmado que Abel murió sin haberse casado. Esta opinión dio lugar a una secta que nació en África en tiempo de Arcadio y de Honorio, y que se llamaba de los Abelitas o Abelonitas, los cuales no admitían el matrimonio. La narración bíblica de la muerte de Abel se encuentra en el Génesis, quizá como eco del conflicto entre dos civilizaciones: la del agricultor, representada por Caín y la del pastor nómada personificada por Abel. Una tablilla sumeria del II milenio a.C. hace referencia al conflicto entre un dios pastor y un dios agricultor, ofreciendo un curioso paralelismo con el texto bíblico.