Del hebreo qabbalah "tradición". Entre los judíos, sistema que permite hacer una interpretación mística y alegórica del Antiguo Testamento. Conjunto de doctrinas teosóficas basadas en la Biblia, que pretenden revelar doctrinas secretas acerca de Dios y del mundo, a través de un método esotérico de interpretación sólo transmitido entre los iniciados. Esta doctrina maravillosa por la que, dicen los rabinos, se descubren los secretos de la religión y la naturaleza, promete a sus partidarios liberarles de los errores y las debilidades humanas, conducirles por el camino de la luz, procurarles los bienes sobrenaturales y las comodidades de la vida; hacer que les sea familiar el comercio de las inteligencias superiores, unirles estrechamente con Dios, comunicarles el don de las lenguas, el espíritu de profecía, el poder de hacer milagros y transmutar los metales (alquimia). Los cabalistas dicen que esta ciencia es tan antigua como el mundo. Dios la enseñó a los ángeles, quienes instruyeron al primer hombre y a los patriarcas. Estos la comunicaron a su pueblo, en varias escuelas destinadas a dicho fin, y una tradición fiel hizo pasar estos preciosos conocimientos a la posteridad. Según otra opinión al dar el Señor la ley a Moisés en el monte Sinaí, le reveló este arte y le hizo partícipe de una multitud de secretos y de misterios encubiertos bajo el sentido de palabras enigmáticas. De aquí derivó una doble ley, la una según el sentido literal, y es la que Moisés escribió; y la otra según la tradición, esto es la cábala, que no la comunicó más que a los setenta sabios de Israel, con orden de transmitirla a sus sucesores. Dios, añaden aún los cabalistas, ha establecido diferentes grados de analogía y subordinación entre él y los ángeles, entre los ángeles y los astros, entre los astros y los cuerpos sublunares. Ha impreso los caracteres de esta relación en las letras, los números y los símbolos, y ha revelado el modo de consultarlos para encontrar en ellos la relación de todos los seres reales. De este principio nacen las opiniones de los cabalistas sobre las palabras, sobre las letras, sobre los números, sobre la diversidad de los sentidos de los libros sagrados; sobre la influencia de los astros, sobre el comercio de los espíritus y generalmente sobre todas las virtudes secretas de los seres reales y simbólicos. Esta singular ciencia se divide en tres ramas: la Gematría, la Notárica, y la Témura. Pertenece a la cábala la doctrina de los cuatro mundos: 1) Azibut, emanación; 2) Brija, esencia; 3) Yesira, formación; y 4) Asija, fuerza activa; y de las diez esferas; 1) Keter, corona; 2) Chochmá, sabiduría; 3) Bina, razón; 4) Getulá, grandeza; 5) Gevurá, fuerza; 6) Tiferet, belleza; 7) Nazach, continuación; 8) Hod, majestad; 9) Yessod, fundamento, y 10) Malehut, reino. Pertenece a la cábala una extensa angelología y demonología, y una teoría de la reencarnación del alma (Gilgul). La esencia de la cábala es mística y su fin es la unión con dios. Fuera de la teórica, existe la práctica: invocación de espíritus, exorcismos, magia, alquimia, encantamiento, influjo de amuletos, etc.. La cábala se remonta a fines del período del segundo templo de Jerusalén (siglo l), pero se desarrolló como doctrina propia a partir del siglo XIII en que se formó una mística típicamente judía. Su documento literario fundamental es el Zohar (Libro de los esplendores) del judíohispano Moisés de León. La cábala se extiende después por Palestina. Salomón Alkabets es autor en el siglo XV del poema litúrgico Le' ha Dodi (Ven, novia mía) cantado actualmente en todas las sinagogas del mundo como introducción del sábado. Autor célebre fue Isaac Luria. La mística de la cábala influyó en Ramón Llull (1.235-1.315).