Cayo Licinio (Caius Licinius Verres) (ca.119-43 a.C.). Célebre por su venalidad y depredaciones en las ciudades de Sicilia. Joven noble nacido en Roma, fue primeramente cuestor de Carbón, un miembro del partido popular en la Cisalpina (86), pero no tardó en pasarse al partido de Sila. Participó en el 82 en la guerra contra los piratas. En el 80 fue cuestor de Dolabela en Cilicia, a quien ayudó a saquear las riquezas de dicha provincia y de la cercana Asia. Aun así, en el 79, tras su regreso, Verres presentó pruebas contra Dolabela que provocaron su condena por saqueo. Verres fue pretor urbano en el 74, poniendo entonces, corruptamente, la justicia en venta, y del 73 al 70 gobernó Sicilia como procónsul, empobreciendo su provincia con abusos desenfrenados. Respetó Messana, pero extendió sus pillajes incluso a las ciudades romanas. Despreció una moción de censura del Senado en el 72: su ejercicio del cargo durante tres años fue irregular y un desastre para los habitantes de la provincia. Esperaba escapar a la condena gracias al uso de su inmensa riqueza y de sus influyentes amigos. Cicerón, que había sido cuestor en Sicilia en el 75, lo acusó en el 70 en nombre de los isleños. El abogado de Verres, Hortensio Hortalo, que había sido elegido cónsul para el 69, apoyado por los poderosos Metelos, intentó prolongar el caso hasta su año de ejercicio, e intentó que se sustituyera a Cicerón por otro abogado más favorable, Q. Cecilio Níger, pero Cicerón se le anticipó con un potente discurso. Aunque se le habían concedido 110 días para preparar el caso, Cicerón lo tuvo listo en 50, a pesar de que el sucesor de Verres era un Metelo. Pompeyo respaldó a Cicerón con su peso, y este introdujo su caso con un breve discurso, presentando a continuación sus pruebas demoledoras, ante lo cual Hortensio abandonó el caso y aconsejó a Verres que huyera. Verres se marchó a vivir a Massilia (Marsella), llevándose la mayor parte del botín con él. Cicerón accedió a rebajar la tasación de los perjuicios para aplacar a los nobles amigos de Verres, pero publicó un segundo discurso de acusación, mucho más elaborado, para divulgar la totalidad de los crímenes de Verres. Se cree que Marco Antonio proscribió y ejecutó a Verres en el 43.