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Página 1288 - 1322 Palabras 64351 al 64400 de 66095

Palabra   |   Descripción

Vertigal formae

Arancel romano por el uso de canalizaciones de agua. "Forma" es una de las palabras utilizadas para designar las cañerías. Este impuesto, mantenía, teóricamente al menos, el principio republicano de la venta de las aguas excedentes.

Vertillum

Localidad galorromana de la Galia Lugdunensis. Tras una primera destrucción por los bárbaros en 276, fue completamente abandonada en el 400. El oppidum galo se atribuye a los lingones y cubre unas 25 hectáreas. Posteriormente se convirtió en ciudad galo-romana con zonas residenciales, foro, termas, templo y centro administrativo, pudiendo tener entre 3.000-5.000 habitantes. Fue un centro metalúrgico con trabajos en cobre, hierro y bronce. Las excavaciones arqueológicas han aportado muchas estructuras subterráneas, restos de paredes, baños termales y un templo. Hoy, Vertault, departamento de Côte-d'Or, región de Bourgogne-Franche-Comté, Francia.

Vertinae

Nombre que Estrabón da a una ciudad del Brutio. Hoy, sin identificar, provincia de Cosenza (¿), región de Calabria, Italia.

Vertis

Asentamiento romano de Britannia. La única referencia clásica en la que aparece su nombre es el Anónimo de Rávena. En este documento el nombre Vertis está entre Ariconium (Weston-under-Penyard, Hereford y Worcester) y Salinae (Droitwich, Hereford y Worcester). Situado en un recodo del río Sabrina (hoy, Severn), en la divisoria de aguas entre las tierras bajas y altas de Britannia, fue creado alrededor del 400 a.C., cuando se fundó en la orilla este un pueblo rodeado de murallas defensivas. Los romanos construyeron una fortaleza, desarrollándose un pequeño vicus con sus propios hornos de cerámica y plantas de fundición del hierro, utilizando el carbón del bosque de Dean. A lo largo de la carretera hacia el oeste de Kenchester, había tejeras en el Upper Sandlin, y hornos de cerámica al sur de la carretera, en Howsell. Un hito romano honorífico fue encontrado en Kempsey, a cuatro millas al sur de Worcester. Hoy, Worcester, condado de Worcestershire, Inglaterra, Reino Unido.

Vertraha

Como indica su nombre, se trata de una raza de perros de origen celta.

Vertumnales

o Vertumnalia. Fiestas romanas en honor de Vertumno. Se celebraban en el mes de octubre.

Vertumnalia

Vertumnales (fiestas romanas en honor de Vertumno).

Vertumno

o Vortumno o Veltumnus. Divinidad probablemente etrusca, originaria de Volsinii. Tenía una estatua en Roma, en el barrio etrusco, a la entrada del Foro. Presidía el otoño, los pensamientos humanos y las mudanzas. Vertumno personificaba la idea de "cambio". Se le atribuía el don de adoptar todas las formas que quisiera. Ovidio lo presenta enamorado de la ninfa Pomona, probablemente porque Vertumno era, en uno y otro aspecto, protector de la vegetación y, más particularmente, de los árboles frutales. Para conquistar a Pomona, bellísima diosa de los Jardines y de los Frutales, Vertumno se sometió hasta a cuatro transformaciones: primero en labriego, después en sembrador, en viñador y, finalmente, en vieja. Es tas transformaciones representan las cuatro estaciones. Iconográficamente Vertumno aparece como un bello joven, robusto, con barba, frente coronada de espigas y una cornucopia en la mano. En Roma, su culto oficial se inició en 264 a.C. y los romanos le consagraron un templo en el Aventino. En su honor se celebraban las fiestas Vertumnales.

Veru

Especie de chuzo o dardo corto, arma de los volscos.

Verubium promontorium

Promontorio de Caledonia. Hoy, Ord, Isla de Bressay, Islas Shetland, Escocia, Reino Unido.

Verulae

Localidad latina de los hérnicos. Se convirtió en municipio romano en el 90 a.C.. Hoy, Veroli, provincia de Frosinone, región de Lazio, Italia.

Verulamium

o Urolanium o Verolamio o Verolami o Verolamo o Verolamium o Virolanium. Municipio romano de Britannia. Fue la tercera ciudad en importancia durante el período de ocupación romana de Inglaterra. Antes de los romanos, la ciudad era conocida como Verlamio o Verlamion "colonia sobre el pantano" y era la capital de la tribu de los catuvellauni. La colonia fue establecida por el líder de la tribu, Tasciovanus. Los romanos ocuparon la ciudad por primera vez en el año 43-44 y obtuvo el rango de municipium alrededor del año 50. Quedó destruida en la rebelión de Boudicca los años 60-61 y se reconstruyó hacia el 79 cuando el emperador Vespasiano dedicó un foro nuevo. Verulamium creció hasta convertirse en una ciudad importante. A principios de los años 200 ocupaba un área de 0,5 Km2. Tenía un foro, una basilica y un teatro. Gran parte de estos edificios quedaron destruidos en dos incendios ocurridos en la ciudad, el primero en el año 155 y el segundo alrededor del año 250. La ciudad fue reconstruida al menos dos veces en los siguientes 150 años. La ocupación romana finalizó entre el año 450 y el año 500. Quedan pocos restos visibles de la ciudad, sólo algunas partes de la muralla y el teatro. Cuando se fundó la ciudad de Saint Albans se obtuvieron materiales de construcción de la antigua Verulamium. Hoy, sus restos se encuentran junto a la actual ciudad de Saint Albans en el condado de Hertfordshire, Inglaterra, Reino Unido, en un terreno agrícola. Se cree que aún existen restos bajo los terrenos agrícolas que nunca han sido examinados por los arqueólogos. Ver, Cunobelino, Catuvelaunos.

Vervactor

Uno de los dioses de los labradores romanos. Era el primero que se invocaba en el sacrificio que el Flamen de Ceres ofrecía a esta diosa y a la tierra.

Vescelia

Vesci (asentamiento romano. Para Plinio estaría situado en la Hispania Ulterior, entre ….).

Vescellium

Localidad de los hirpinos. Hoy, en la provincia de Avellino, región de Campania, Italia.

Vescera

Población romana de África. Su nombre puede haber sido una transliteración al latín del nombre nativo. Alrededor del año 200, bajo el reinado de Septimio Severo, fue capturada por los romanos, convirtiéndose en parte de la provincia de Numidia. Hoy, Biskra, provincia de Biskra, Argelia.

Vesci

Ciudad ibero-romana de la Hispania Bética. En su origen fue una fortaleza de la Edad del Bronce. Vesci estuvo junto a la principal calzada romana que atravesaba la zona, desde Jimena de la Frontera hasta Ronda. Hoy, Cerro de la Laguna o Cerro Gordo, municipio de Algatocín, provincia de Málaga, comunidad autónoma de Andalucía, España.

Vesci

o Vescelia. Asentamiento romano de la Hispania Tarraconense. Para Plinio estaría situado en la Ulterior, entre el Betis y el mar; para Ptolomeo, al norte de Málaga, entre Ilipola y Oscua. Hoy, en la comunidad autónoma de Andalucía, España.

Vesci

Ciudad de la Beturia túrdula mencionada desde antiguo, especialmente en las campañas militares de Emilio Paulo y M. Fulvio contra los lusitanos (190-180 a.C). Las monedas encontradas no tienen una asignación geográfica clara, salvo el gran número de ejemplares que se localizan en Extremadura, por lo que se la debe considerar moneda de ubicación Beturia-túrdula con inscripciones neo-púnicas o bilingües. La asignación cronológica monetaria debe hacerse en la última mitad del siglo II a.C. para las emisiones con leyendas neo-púnicas; primera mitad del siglo I a.C. para las bilingües y mediados de siglo para las estrictamente romanas. Se trata sobre todo de ases, con pesos de entre 12 y 18 gr y medidas de 23 a 27 mm. La iconografía más generalizada es la de cabeza viril con espiga. Algunos ejemplares muestran la leyenda "C.LIVIS" o "SISD" en anverso. El reverso presenta un toro que medio oculta un árbol; las leyendas son VESCI tanto en la doble inscripción bilingüe (neo-púnica y latina) o bien aisladas. Tanta variedad en anverso y reverso da lugar a numerosas combinaciones. Existe también un subdivisor que podemos denominar cuadrante, al igual que ocurre con el de Tuririicina por la similitud de medida y peso.

Vescia

Ciudad en la región de los auruncos, incluida administrativamente en el Lacio. Estaba situada en una llanura al sur del río Liris y fue una de las tres ciudades de los ausonios; las otras eran Ausona y Minturnae. El ejército de los latinos se refugió en la ciudad el 340 a.C. tras ser derrotado. Vescia fue ocupada por los romanos después de que un partido de la ciudad les abriera las puertas, siendo ejecutados los enemigos de los romanos (314 a.C.). Después no vuelve a ser mencionada y es probable que desapareciera o quedara reducida a una aldea. Se menciona en cambio más tarde el ager Vescinus que fue parte de la colonia romana de Sinuessa. Hoy, ubicación desconocida en la provincia de Caserta, región de Campania, Italia.

Vescitania

Comarca de la Hispania Tarraconense en territorio de los ilergetes. Su ciudad principal era Osca (hoy, Huesca), y solo aparece citada por Plinio. Estaba al este de Vasconia y al sur de Aquitania. Hoy, al noreste de la península Ibérica, España.

Vesedoni

Asentamiento de la Galia céltica. Hoy, Vézézoux, departamento de Haute-Loire, región de Auvergne-Rhône-Alpes, Francia.

Veseris

Lugar de la antigua Campania, cerca del Vesubio, donde Decio Mus y Manlio Torcuato, vencieron a los latinos en el 340 a.C.. Hoy, en Italia.

Vesidia

Río del norte de Etruria. Hoy, Serravezza, provincia de Lucca, región de Toscana, Italia.

Vesionica

Ciudad de Umbría, al oeste de los Apeninos. Hoy, en la región de Umbria, Italia.

Vesoncion

Vesuntio (localidad de la Galia Lyonnaise, capital de los sécuanos. La primera mención escrita de la ciudad fue hecha por Julio César en su obra ….).

Vesone

Vesunna (capital de los galos petrocorios).

Vesontio Sequanorum

Vesuntio (localidad de la Galia Lyonnaise, capital de los sécuanos. La primera mención escrita de la ciudad fue hecha por Julio César en su obra ….).

Vespasiano

(Flavius Vespasianus) (siglo I). Hijo de Clemente, Tito Flavio (Ver). Fue adoptado por Domiciano junto con su hermano. Tuvieron por tutor a Quintiliano, pero no se vuelve a saber de ellos tras la ejecución de sus padres, en el 95.

Vespasiano

Tito Flavio (Titus Flavius Vespasianus) (9-79). Emperador romano (69-79), nació el 17 de noviembre del año 9 en Phalacrine (cerca de Rieti, en la región sabina), y murió en Cutilia (Sabina). En su familia, de clase media, la tradición hizo que iniciase su carrera en el ejército y en la administración. Su padre, Flavio Sabino, era banquero y publicano. Su madre, Vespasia Polla, era hermana de un senador. Se cuenta de ella que influyó, con sus encantos, en la carrera política tanto del padre como de los hijos. Ambos pertenecían a un grupo que se oponía a la aristocracia senatorial, el conocido por los "hombres nuevos". Su hermano, T. Flavio Sabino, llegaría a prefecto de Roma (62-69). Vespasiano fue primeramente tribuno militar en Tracia (27), cuestor en Creta (ca. 35) y Cirenaica, edil (38) y pretor (40) en tiempos de Calígula. Se casó con Flavia Domilita, hija de un caballero, con la que tuvo dos hijos, Tito y Domiciano, que también serán emperadores, y una hija, Domitila. Éstos, junto con su padre, formaron la dinastía de los Flavios (69-96). Vespasiano dispuso del apoyo de Narciso, el liberto secretario de Estado de Claudio. Estuvo al mando de una legión en Germania en 43-44 y luego en Bretaña, donde desempeñó un brillante papel al apoderarse de la isla de Wight. Recibió el triunfo y en el 51 fue cónsul sufecto. Frecuentó la corte imperial, donde Tito fue educado junto con Británico. Entre el 62 y el 65, en época de Nerón, llegó a procónsul de África. Acompañó a Nerón a Grecia, pero ofendió al emperador con su comportamiento y tuvo que abandonar la corte. Aun así, avanzado el año 66, recibió el mando como procónsul para reprimir la revuelta de Judea. En Jerusalén, los judíos habían expulsado la guarnición romana y Vespasiano se encargó de restablecerla disciplina en el ejército derrotado. Reconquistó gran parte de la provincia: comenzando por la costa, fue ascendiendo hacia el norte hasta llegar a los accesos de Jerusalén, a la que sitió (66-68). Allí estaba cuando, tras la muerte de Galba, se produjo la lucha entre Otón y Vitelio. Dejó que su hijo Tito prosiguiera el asedio a Jerusalén, quien en el 70 ordenó la célebre destrucción del templo de Jerusalén e impuso a los judíos un tributo especial destinado al fiscus iudaicus, suprimió sus cultos, prohibió sus tradiciones y provocó el malestar de la mayor parte de la población judía que sobrevivió al desastre: miles de muertos, suicidios masivos, víctimas para el anfiteatro, ventas como esclavos. Un cuadro tétrico descrito por Josefo, testigo de los acontecimientos, del que la resistencia judía en la fortaleza de Masada hasta el 73, que concluyó en suicidio colectivo antes que rendición a los romanos, es tan sólo un ejemplo. No obstante, estos actos ponían fin a uno de los reductos más preocupantes desde época neroniana. Debidamente sostenido por Tiberio Julio Alejandro, prefecto de Egipto, y por Cayo Licinio Muciano, el gobernador de Siria, y apoyado por su ejército, dirigió el pronunciamiento del ejército de Egipto, seguido por el de Judea (11 de Julio del 69). Tras éste, sus tropas le reconocieron Emperador. Ocupado Egipto, cortó el suministro de trigo a Roma. Muciano, por otro lado, emprendió el camino de Italia. Las tropas de Pannonia y Mesia, capitaneadas por Antonio Primo, ocuparon Aquileya y el valle del Po y establecieron su cuartel general en Verona. Al poco, estas mismas tropas vencieron a Vitelio en Bedriac (Bedriacum), cerca de Cremona, y llegaron sin combatir a Narni. El hijo de Vespasiano, Domiciano, y su hermano Flavio, prefecto de Roma, intentaron llegar a un acuerdo con Vitelio para conseguir que abdicara y poner fin a la guerra civil en diciembre del 69. Sin embargo, un motín en Roma acabó con la vida de Flavio y de muchos partidarios de Vespasiano (18-19 diciembre). Al fin el 20 de diciembre Antonio Primo ocupó Roma, tras vencer la enorme resistencia de los pretorianos. Vitelio fue muerto por el pueblo y Vespasiano reconocido como emperador por el Senado, otorgándole plenos poderes (imperium maius y tribunicia potestas), por lo que el documento se conoce generalmente con el nombre de Lex de imperio Vespasiani. En realidad, sin embargo, estos poderes eran los usualmente reconocidos al princeps, a los que el nuevo emperador parece haber añadido el de controlar directamente las finanzas del Estado. Durante los primeros meses, Domiciano, ya nombrado César, gobernó en Roma, mientras Vespasiano, por razones desconocidas, permaneció en Egipto hasta agosto del 70. La llegada a Roma de Vespasiano implicaba afrontar directamente los problemas del gobierno del Imperio, por más que la situación institucional estuviera parcialmente consolidada. Desde el primer momento asoció al poder, como césares, a sus hijos Tito y Domiciano. Con ello intentaba establecer en el Imperio el principio de sucesión hereditaria. Reconocido como un excelente jefe militar, su autoridad no era cuestionada por el ejército, cuya entidad mantuvo en 28 legiones a pesar de las cuantiosas pérdidas humanas de los años anteriores. Además, para demostrar su confianza en las tropas tomó el praenomen de Imperator, como Augusto, y ejerció casi ininterrumpidamente el consulado durante todo su reinado, a menudo acompañado de su hijo Tito. Esta práctica de la familia imperial aconsejó aumentar los consulados "suffectos" con el fin de contar con un mayor número de funcionarios de rango consular para proveer los puestos de especial relevancia en la administración imperial y provincial. Como Claudio, Vespasiano desempeñó la censura en 73-74, mediante la cual realizó una profunda remodelación del Senado: introdujo en él a jefes militares de origen itálico; otorgó el rango de "patricias" a muchas familias de las élites provinciales, sobre todo occidentales, a cuyos miembros incorporó al Senado. Fue el primer emperador que hizo un uso institucionalizado de la adlectio imperial, mediante la cual se permitía el acceso directo a la cámara de los ecuestres. La preocupación de este emperador por la promocion social se manifestó también en otros ámbitos. Como Augusto, Vespasiano conocía casi la totalidad de sus dominios gracias a los numerosos viajes que realizó. Esto le sirvió a la hora de tomar decisiones muy acertadas respecto a las provincias. En el 73 ó 74, Hispania recibió el ius latii (derecho latino), además de reducir los efectivos militares romanos en la misma, esto respondía tanto a un deseo de recompensar a las clientelas de los senadores hispanos, que tan firmemente le habían apoyado, como a un intento de incorporar a los indígenas a la vida romana. Varió el estatuto de algunas provincias, ya devolviéndolas al Senado o bien colocándolas bajo la administración imperial: durante su gobierno más de noventa ciudades de la Península pasaron a ser latinas. Las legiones se reclutaron desde entonces en las provincias y las cohortes pretorianas, reorganizadas y confiadas a Tito, se nutrieron sobre todo de italianos. También concedió la ciudadanía a muchos individuos de origen oriental. Afianzó el proceso de fundaciones coloniales iniciado bajo Augusto y proseguido bajo Claudio, con nuevas ciudades a las que dio el nombre de Flavia sobre todo en Italia, Galia e Hispania, pero también en Mesia, Tracia, Dalmacia y Pannonia. Otro capítulo de extraordinario interés en la política de este emperador fue la reorganización de las finanzas del Estado, en precaria situación tras los despilfarros de Nerón y las incesantes guerras de los años precedentes. No obstante, este ámbito planteaba a la política imperial problemas diversos y delicados. De un lado, jurídicos, puesto que era preciso integrar en la propiedad imperial (pública) los bienes familiares (privados) de los Julio-Claudios, con el fin de recuperar el patrimonium. De otro lado, económicos, dado que los ingresos del Estado eran insuficientes para atender a los gastos públicos que exigía la reconstrucción de ciudades, vías e instalaciones militares dañadas por las guerras, incendios y terremotos de la época. En este sentido, Suetonio proporciona un dato económico de dudosa identificación, referido a la estimación del emperador en torno a los "cuatro mil millones de sestercios" necesarios como presupuesto anual para la recuperación financiera del Imperio. Aunque la historiografía moderna suele aceptar como error por "400 millones de sestercios" el dato referido, que aun así supondría ya tres veces más que el presupuesto anual augústeo, no debería descartarse la posibilidad de una estimación muy superior, dado que, como es sabido, los ingresos del Estado provenientes de las siete regiones más ricas del Imperio (Egipto, Galia, Siria, África, Hispania, Grecia y Asia) superaban con seguridad los "mil millones de sestercios" anuales. Pero el saneamiento del Tesoro planteaba además un delicado problema político. Era preciso reponer la situación fiscal existente antes de que Nerón, desde el 57, pusiera en práctica la supresión de los impuestos indirectos y, sobre todo, la generalización de los vectigalia a todas las provincias, incluidas Galia y Acaya, a las que Galba y Nerón, respectivamente, habían otorgado la exención fiscal. Para ello debían realizarse también catastros sistemáticos, como el de la colonia romana de Orange, en la Galia, el año 77, que permitieran conocer la situación de propiedad de las tierras cultivadas (de la colonia, de los veteranos, de indígenas) así como la entidad de los subcesivae o porciones no asignadas en la centuriación, que debían ser expropiadas si no se contribuía por su explotación. A esta época se atribuye también generalmente la Lex Manciana, aplicada en África a algunas situaciones de colonato en dominios privados y que inspiraría la legislación agraria posterior de Trajano y Adriano. En este ámbito financiero Vespasiano demostró ser un excelente administrador, aun admitiendo que, como quiere Suetonio, "la avidez por el dinero" haya sido su principal defecto. En otros ámbitos, sin embargo, su política fue menos afortunada, provocando el descontento de algunos sectores sociales: la nobilitas romana, obligada ahora a compartir sus tradicionales privilegios con la "nueva aristocracia" de itálicos y provinciales; la plebe romana, privada de los congiaria habituales; los ciudadanos orientales, discriminados frente a la promoción de los occidentales; en fin, del propio ejército, cuyos jefes se vieron privados de nuevas empresas militares, si se exceptúa la ampliación de la conquista de Britannia encomendada a Petilio Cerial, que sometió a los brigantes (71-74), Julio Frontino, que sometió a los siluros (74-77) y Julio Agrícola, el suegro de Tácito, que consolidó Britannia. Algunas campañas orientales produjeron la anexión de los reinos clientes de Comagene (72) y Armenia como provincias romanas. Finalmente, la obsesión por construir un "estado" sobre bases opuestas a las del neroniano llevó a Vespasiano a eliminar en lo posible los vestigios helénicos u orientales, por lo que de forma un tanto incomprensible en un emperador que levantó escuelas públicas gratuitas para la formación de los nuevos cuadros dirigentes, se ordenó la expulsión de Roma de intelectuales, filósofos y matemáticos de origen griego, asiático y oriental. En su mandato chocó con una fuerte oposición senatorial y tuvo que hacer frente a varias conjuraciones como la de Helvidio Prisco, senador influyente, que acabó ejecutado. En el problema judaico, mantuvo acertadamente en el poder a Julio Agripa II. Mantuvo una postura y legislación moralizante y, en el terreno religioso, protegió los cultos egipcios y fue tolerante con el cristianismo. También se preocupó de reparar las obras públicas en ruinas de Roma, pues aún perduraban los destrozos del incendio de Nerón: construyó el templo del Capitolio, dedicó el templo de la Paz, comenzó la construcción del Coliseo (Amphitheatrum Flavium). A pesar de todas estas mejoras, tuvo medidas bastante impopulares como la supresión de donativos extraordinarios a los soldados o el hecho de que no aumentara sus pagas, la recuperación de tierras públicas o la reintrodución de los impuestos que Galba había abolido. La muerte de Vespasiano en junio del 79, dos meses antes de la famosa erupción del Vesubio, dejó el trono a su hijo y corregente Tito.

Vespelio

Nombre romano, considerado como de mal agüero porque deriva de vespa (avispa), de vesper (la tarde) o más verosímilmente, de (vespilio) sepulturero.

Vésper

Igual que Hésper. Ver, Lucifer, Nocturnas.

Vesperies

Citada por Plinio en la costa como uno de los oppida de los várdulos en Iberia, no es recogida en la enumeración de las póleis costeras de los várdulos en Ptolomeo, ni en ninguna fuente escrita posterior. Carece de una ubicación segura, aunque se la ha situado en Eibar, Azpeitia, Fuenterrabía y Ciérvana (comunidad autónoma de Euskadi), aunque sin ninguna base. Los trabajos arqueológicos en el entorno de la ría de Guernica, hacen pensar en la posibilidad de que en la zona se hubiera ubicado el oppidum citado por Plinio, entre Menosca y el Amanum Portus.

Véspero

Héspero, la más luminosa de las estrellas. Ver, Lucífero.

Vessones

Pueblo de la Galia Belgique, que habitaban en la zona de Augusta Vessonum.

Vessuna Petrocoriorum

Vesunna (capital de los galos petrocorios).

Vesta

Templo de. Restaurado hoy en parte tal como estaba en tiempo de Augusto, no era al principio más que una cabaña circular en la que ardía el fuego simbólico de la ciudad. Su techo era de paja y ramaje, en recuerdo de las antiguas cabañas del Lacio; en su centro ardía el fuego, mantenido por las Vestales, pero sin contener ninguna imagen de la diosa. Era testimonio de un tiempo en que la religión era aún independiente de las representaciones materiales. Se conservaban, no obstante, en él. diversos objetos, entre otros una vieja estatua, probablemente un xoanon llegado de Oriente en fecha muy antigua. La tradición pretendía que fuese el Paladio, la estatua de Palas caída del cielo en Troya y objeto de tantas luchas, que Eneas había traído consigo al emigrar de Frigia a Italia. Con el Paladio, el templo de Vesta guardaba los Penates del pueblo romano, que sólo las Vestales y el Gran Pontífice podían ver. Se creía que la salvación de Roma estaba ligada a la conservación de dichos tesoros. Bajo la República, el templo de Vesta no era más que el anexo de un conjunto más extenso: la casa de las Vestales, conocida con el nombre de Atrium Vestae.

Vesta

Diosa romana de carácter muy arcaico, que preside el fuego del hogar doméstico. Pertenece, como la Hestia helénica, al grupo de las doce grandes divinidades. Su culto, consistente en guardar el fuego sagrado y vigilar que no se apagase, se hallaba bajo la dependencia directa del Gran Pontífice asistido por las Vestales, sobre las que ejercía una autoridad paterna. El culto de Vesta fue introducido en Roma, según la mayoría de los autores, por Rómulo, lo cual no deja de ofrecer cierta dificultad, ya que su templo (de forma redonda, como las más antiguas cabañas del Lacio) no se levantaba en el interior de la ciudad palatina, sino al margen de ella, en el Foro romano y, por tanto, fuera de la ciudad atribuida a Rómulo. El carácter arcaico de la diosa se confirma también por el hecho de que su animal sagrado era el asno, animal mediterráneo por excelencia, en oposición al caballo, que es indoeuropeo. El día de las Vestalia (a mediados de junio) se coronaba a los asnos de flores y no se les hacía trabajar. Para explicar este hecho singular, se había ideado tardíamente una leyenda según la cual Vesta, casta entre todas las diosas, había sido protegida por el asno contra una tentativa amorosa de Príapo. Es una leyenda tardía de inspiración helenística, y completamente artificial. Fue tal el respeto y veneración que se le tributaba que quien no le sacrificaba pasaba por impío. Numerosas efigies de esta diosa figuran en las monedas romanas de la época imperial. El culto de Vesta, puramente itálico, no se ha extendido por las provincias y en Hispania se conoce solo una inscripción de Cáceres. Fue identificada con la Hestia griega. Ver, Vestales.

Vestales

Nombre que daban los romanos a las sacerdotisas de la diosa Vesta, las cuales debían ser vírgenes. Numa fue el que escogió las primeras vestales y reservó este derecho a sus sucesores, pero después de la expulsión de los reyes recayó en los Grandes Pontífices. Pasaba el Colegio de Vestales por ser el más antiguo de Roma (la madre de Rómulo y Remo, Rea Silvia, era vestal). Comprendió sucesivamente cuatro, seis y luego siete sacerdotisas, presididas por la Virgo Vestalis Maxima. Cuando debía reemplazarse una vestal, el Gran Pontífice escogía de entre las familias de Roma veinte vírgenes de seis a diez años. Para ser vestal era indispensable tener padre y madre y reunir hermosura sin tacha. Luego que el Sacerdote había escogido el número indicado, sacaban en suerte la que se necesitaba, y aquélla era arrebatada de los brazos de sus padres. La conducían al templo, donde le cortaban el cabello y la suspendían en un árbol sagrado en señal de quedar libre de la potestad paterna. Desde este momento ya no se ocupaba más que en el estudio de sus deberes. Sus funciones, según algunos autores, se dividían en tres clases que desempeñaban sucesivamente, empleando en cada una de ellas diez años. Durante este tiempo les estaba absolutamente prohibido dejar el templo, pero cuando habían desempeñado por espacio de treinta años los empleos del sacerdocio, quedaban libres y podían casarse. Sin embargo, la mayor parte de ellas pasaban el resto de sus días en celibato. La ocupación más importante y esencial de las vestales consistía en guardar el fuego sagrado. Este fuego debía mantenerse de día y de noche, y la creencia atribuía las consecuencias más terribles al apagarse. La opinión de que la brillantez del fuego era un presagio feliz, entrañaba necesariamente la idea contraria cuando se apagaba. Si llegaba este caso durante la noche, se anunciaba inmediatamente al pueblo, se interrumpía el sueño. El Senado se juntaba, y se suspendían las ocupaciones más interesantes hasta que el crimen quedase castigado, el templo expiado y encendido otra vez el fuego. La vestal que, por su negligencia, causaba este desastre era azotada por el Gran Pontífice. Para volver a encender el fuego sagrado se practicaban muchísimas ceremonias y, si debe darse crédito a Plutarco, no podía encenderse más que con el fuego del sol, a cuyo fin reunían los rayos de este astro en un vaso de cobre agujereado que contenía materias combustibles. Las vestales que habían violado la virginidad eran castigadas más severamente que las que dejaban apagar el fuego sagrado. Numa las condenó a ser apedreadas. Festo cita una ley posterior que ordenaba que fuesen decapitadas. Según se cree, Tarquino el Anciano fue el que estableció la costumbre de enterrarlas vivas. Al menos durante su reinado fue cuando se usó por primera vez esta clase de castigo. Los Pontífices eran los únicos que tenían derecho a conocer las acusaciones contra las vestales. La acusada podía defenderse por sí misma o valiéndose de abogado. Si era condenada a muerte se usaban varias ceremonias para la ejecución. Pronunciada la sentencia y cuando llegaba el día destinado para el suplicio de la culpable, el jefe de la religión se trasladaba al templo acompañado de todos los pontífices, despojaba por sí mismo a la culpable del hábito y ornamento de sacerdotisa, le presentaba su velo para que lo besase y la revestía en seguida con un ropaje lúgubre y conforme a su situación. Después la ataba con cuerdas y la subía en una litera perfectamente cerrada para que no se oyesen sus gritos. La conducían de este modo al lugar de suplicio, y luego que llegaba cerca de la puerta Colina, en el paraje que después se llamó Campus Sceleratus, a causa de estas funestas ceremonias. El pontífice abría la litera, pronunciando en voz baja ciertas oraciones. Desataba la vestal, le daba la mano para ayudarla a descender, la conducía sobre la tumba y la entregaba a los ejecutores. La víctima descendía por medio de una escalera al hoyo, que era de una profundidad extraordinaria. Cuando llegaba a cierta altura la metían en una celda cuadrilonga, la colocaban en una cama, y ponían sobre una mesa que tenía al lado una lámpara encendida y una pequeña provisión de aceite, pan, leche y agua. Luego cerraban la abertura y lo restante lo llenaban de tierra. Sucedía con frecuencia que se hacían acusaciones injustas contra algunas sacerdotisas, y los historiadores paganos cuentan muchísimos milagros operados en favor suyo. El de la vestal Claudia (Ver), es uno de los más señalados. Por otra parte las vestales disfrutaban de grandes distinciones, honores y privilegios. Tenían el derecho de testar aun viviendo sus padres, y de disponer de cuanto poseían sin necesidad de curador o tutor. Augusto las puso en posesión de todas las prerrogativas que gozaban en Roma las mujeres que habían dado tres ciudadanos al Estado. Si pasando una vestal por una calle encontraba por casualidad a un criminal yendo el suplicio, podía salvarle la vida. Bastaba solamente que afirmase con juramento que el encuentro había sido casual. Cuando salían en público iban precedidas de un lictor, que les servía a la vez para defenderlas de cualquier insulto y de guardia de honor. Los cónsules y los pretores se separaban cuando veían venir a alguna vestal. En una palabra, las vestales disfrutaban en la ciudad del crédito que dan la sabiduría y la religión. Empleábanlas con frecuencia para restablecer la paz en las familias, para reconciliar los enemigos, proteger al débil y desarmar al opresor. Depositábanse en sus manos los actos más secretos y más importantes. Los primeros ciudadanos les entregan a veces su testamento. Las vestales aceptaron la custodia del de Antonio, y Augusto les confió su última voluntad, que después de su muerte ellas mismas presentaron al Senado. Al principio sus vestidos eran sencillos, pero después, como adquirieron inmensas rentas gracias a las piadosas liberalidades de muchísimos romanos ilustres, sustituyeron la sencillez por el lujo más delicado. Asistían a los espectáculos, y el mismo Augusto dispuso que se les destinase un banco en el teatro, frente por frente del pretor. Esta orden existió cerca de mil cien años y subsistió aun por algún tiempo en el de los primeros emperadores cristianos, hasta el de 389, en cuya época Teodosio hizo cerrar todos los templos de los dioses. En toda esta larga serie de ss. no hubo más que veinte vestales que fuesen reconvenidas por haber faltado al voto de virginidad. De éstas solamente trece fueron enterradas vivas. Las siete restantes perecieron en otros suplicios elegidos por ellas mismas. Se las representa con un velo en la cabeza, teniendo en las manos una lámpara encendida o un pequeño vaso de dos asas lleno de fuego. Algunas veces la sacerdotisa está colocada al lado de un altar antiguo, cerca del cual hay un brasero con llamas. Ver, Vesta, Sacerdotes, Sacerdotes romanos.

Vestalia

o Vestialia. Festival religioso romano celebrado el 9 de junio en honor de Vesta, la diosa del fuego del hogar, sobre cuyas ceremonias se sabe muy poco. En ese día el templo efectuaba su limpieza anual con un agua no sacada de las conducciones públicas normales, sino de una fuente especial que poseía carácter sagrado. Se coronaba a los asnos de flores y no se les hacía trabajar. Parece que era un día especial para los panaderos y los molineros.

Vestialia

Vestalia (festival religioso romano celebrado el 9 de junio en honor de Vesta).

Vestíbulo

o Vestibulum. )o()o( Entrada en la casa consagrada a Vesta, quasi Vestae stabulum, porque los que iban a ella se detenían antes de entrar. )o()o( Sala de entrada de una mansión.

Vestibulum

Vestíbulo (entrada en la casa consagrada a Vesta, quasi Vestae stabulum, porque los que iban a ella se detenían antes de entrar (+)).

Vestido

Las figuras alegóricas se distinguen principalmente por el modo con que están vestidas. La Noche, por ejemplo, trae por lo común un manto negro sembrado de estrellas. El vestido de la Primavera es verde y sembrado de flores. El Invierno, que se distingue por su larga barba y su figura corpulenta, trae el vestido forrado. El verano es de color isabelino, que es el de las mieses. El otoño lleva un vestido de color aceituna o de hojas secas. En los bailes se dan a los Vientos vestidos de plumas. El Sol trae un vestido de oro con cabellera dorada, y la Luna lo trae de plata. El Destino lleva un ropaje de azul sembrado de estrellas. El Tiempo se viste de cuatro colores, para designar las cuatro estaciones. Ver, Joyería, Vestido griego, Vestido romano, Vestido, calzado y complementos.

Vestido griego

Nuestro conocimiento del vestido griego deriva principalmente de la pintura de vasos y de la escultura. La característica del vestido griego es el hecho de ser flojo y no ajustado, lo mismo si es tejido en lana que en lino. Los hombres griegos llevaban habitualmente una amplia túnica (chiton), hecha de lino o lana sobre la que colgaban un manto (himation). La túnica de un joven llegaba hasta sus rodillas, la de un hombre mayor hasta sus tobillos. Los trabajadores llevaban o bien un sencillo vestido (exomis), atado únicamente sobre el hombro izquierdo, o un taparrabos (zoma). Los artesanos sujetan la túnica únicamente en el hombro izquierdo para que el brazo derecho quede enteramente libre, o se contentan con un paño. Los atletas iban desnudos. Contra el frío y la lluvia se utiliza un gran manto o capa de lana, pieza de paño rectangular que se dispone de diversas maneras. Los caballeros y los viajeros usan con frecuencia una capa corta sujetada por una fíbula en el hombro, la clámide. Los pies van desnudos o provistos de sandalias, a veces de botas que suben hasta mitad de la pierna o de borceguíes con cordones o lazos. En la cabeza se puede llevar un sombrero de anchas alas (petaso) o un simple gorro cónico de fieltro (pilos); pero de ordinario se va con la cabeza descubierta. La mayor parte de los hombres llevaban barba. Las mujeres llevan una túnica larga o corta de lino (jitón) cuyas mangas están ordinariamente cosidas. Por encima de la túnica llevan un gran chal o un manto análogo al de los hombres, pero de ordinario en tejido más fino y con frecuencia decorado con motivos tejidos (y no bordados). Éste es el vestido jonio tradicional. En un país dorio, la tradición es llevar directamente sobre la piel un peplo de lana, formado por una gran pieza de tela rectangular sostenida sobre los hombros por dos broches (o fíbulas) con una valona por la parte exterior. Un cinturón mantiene el conjunto sujeto a la altura del talle. A veces la valona es tan larga que hay que sujetarla con un segundo cinturón por encima del cual se hace ahuecar la tela formando un pliegue. Los escultores han utilizado ampliamente los recursos plásticos que les ofrecía el drapeado del peplo. Las mujeres llevan con frecuencia sombrero de fieltro o de paja o se cubren la cabeza con un chal. Sus sandalias o sus zapatos pueden ser de cuero muy fino con colores variados. No llevan generalmente a manera de vestido interior más que una cintura alta sirviendo de sostenes. Únicamente las acróbatas llevaban una especie de calzoncillos apretados para realizar sus ejercicios. La joyería estaba formada principalmente por insignias y broches, y era llevada por personas de ambos sexos durante todos los períodos. Ver, Vestido, calzado y complementos.

Vestido romano

Los tipos de vestido han variado desde los orígenes hasta el Bajo Imperio. Primitivamente el ciudadano romano parece haber llevado un simple paño o taparrabos (subligaculum) bajo su toga. Pero en la época clásica se ponía debajo de ésta una o varias túnicas (tunica) dependiendo del frío. La túnica era una especie de quimono, semejante al chiton griego pero más corta, de mangas cortas que descendía hasta la mitad de la pierna y que se retenía por medio de una cintura, de manera que quedase hueca en forma de blusa y dejase más o menos libres las piernas. Hecha de lino o de lana, esta túnica podía estar adornada con una banda de púrpura. Las bandas de la túnica distinguían a los senadores y los caballeros. Los viajeros podían llevar un manto por encima (lacerna). Los integrantes del orden ecuestre, el cónsul, los augures y algunos sacerdotes llevaban un vestido de ceremonia (trabea) en los acontecimientos públicos. El vestido nacional del romano es la toga, que pudo haberse tomado de los etruscos. Era una vasta pieza de lana en forma de trapecio de la que el lado pequeño se coloca en el hombro izquierdo, mientras el otro lado, redondeado, rodea el cuerpo y lo cubre según una sabia ordenación. Esta toga se lleva obligatoriamente en todas las circunstancias de la vida pública. Pero desde el Alto Imperio se la considera como un estorbo del que uno trata de librarse lo más posible. También en la vida diaria se preferían cada vez más vestidos de origen extranjero: el pallium, que es un manto griego, o la lacerna y la paenula, que son esclavinas con o sin capuchón. Para cubrir la cabeza se podía optar por una capucha (cucullus) o en los viajes y en las fiestas de las Satumalia por un gorro (pilleus). En la ciudad se llevaban zapatos de cuero (calcei) y botas (perones) en el campo. Los soldados llevaban pesadas botas de marcha (caligae). La mayor parte de los hombres iban afeitados. Las mujeres romanas llevaban una camisa como ropa interior (tunica inferior), algunas veces con una banda de cuero bajo los pechos (strophium). Sobre la anterior las mujeres solteras llevaban una tunica exterior que llegaba hasta el suelo. Las mujeres casadas llevaban un vestido mucho más completo (stola) que tenía que recogerse en pliegues bajo el pecho por medio de un cinturón. Sobre los hombros, las damas se ponen para salir un amplio chal, la palla, que rodea el busto hasta la cintura. El peinado era sencillo al principio, pero se hizo muy elaborado durante el Imperio. Hombres y mujeres llevaban objetos de joyería, especialmente anillos y broches. En la época clásica, únicamente las cortesanas llevan la toga. Ver, Vestido, calzado y complementos.

Vestido, calzado y complementos

Señalamos seguidamente algunos de los términos recogidos en este Diccionario, que versan sobre las materias señaladas y que conciernen a diversas culturas: Theffilim, Trábea, Uttu, Tribón, Túnica, Tutulus, Uab, Véneta, Byssus, Allix, Calastris, Clámide, Jitón, Ciclada, Anaxyrides, Cindaris, Claina, Crépidas, Crobylos, Crocota, Cucullus, Dalmática, Cesto, Embas, Emperonema, Endrómide, Endromis, Epiblema, Epíkrokon, Alopekis, Amiculum, Ampyx, Balteus, Baukides, Baxea, Calántica, Calatos, Cálceo, Pallium, Calceus muleus, Candy, Caracalla, Cástula, Laena, Cinctus Gabinus, Cipasis, Coturno, Himatión, Fíbula, Flammeum, Gorro frigio, Galerus, Gallica, Haika, Hebilla, Peplo, Ificrátidas, Imera, Ínfulas, Instita, Joyería, Kándys, Kaunakes, Kídaris, Klaft, Klaina, Kroupézai, Limus, Vestido griego, Vestido romano, Mitra, Múleo, Mulleus, Mundus, Occabus, Palio, Palla, Pero, Pérsicas, Phaecasium, Píleo, Pilos, Podere, Polos, Pretexta, Qapilush, Quadribacium, Quitón, Racional, Redecillas, Regilla, Sagulum, Sagum, Sculponea, Seshed, Shendyt, Shenti, Shesep, Shtreimel, Sinthesis, Sirma, Sísyra, Soccus, Soleae, Soúsinon, Subarmalis, Spolas, Estola, Suffibulum, Subligar, Tejido, Toga, Torques, Trenza, Vestido, Vittae, Xistis, Acidaro, Abolla, Acacia; Anaxirides, Calasiris, Caliptra, Cifi, Jamete, Nodus isiacus, Timiasmata, Tulal.

Vestiglo

Monstruo fantástico, horrible.

Vestinii

Vestinos (tribu sabélica que ocupó la zona oriental y septentrional del Aternus, en el centro de Italia. Entró en ámbito romano conservando su propia independencia, en ….).

Vestinos

o Vestinii. Tribu sabélica que ocupó la zona oriental y septentrional del Aternus, en el centro de Italia. Entró en ámbito romano conservando su propia independencia, en el año 304 a.C., emitiendo moneda propia en el siglo siguiente. Una colonia latina fue fundada alrededor del 290 a.C.. El dialecto local, pertenecía al grupo osco, sobrevivió sin duda a la mitad del siglo II a.C. y, probablemente, hasta la guerra social. Algunas inscripciones demuestran que el latín hablado por los vestinos no era el de Roma, sino el de sus vecinos los marsos y ecuos. Su capital era Pinna. Ver, Italianos, Umbrios.

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